viernes, 9 de octubre de 2009

lupita no tiene casa

guau guau ladra el cachorrillo con la esperanza de que alguien le haga caso. Sus ojos color caramelo muestran tanta tristeza que los que le quieren no pueden más que girar la cabeza para dejar de verle… o de oírle? hummm!!! él mismo se pone al otro lado para dejar de sentirse. Guiña un ojo, el izquierdo, y apoyando la frente contra los ladrillos desnudos mira por un agujero abierto en la pared. Los agujeros son irresistibles, todos queremos saber los secretos que esconden. Aún se pone más triste. Enfrente no hay nada más que otros muros abiertos. ¿Un muro abierto que tiene por dentro? Ladrillos rotos.